Escrituras:
Hechos 14:8-28
Antecedentes:
Pablo y Bernabé predicaban el evangelio de
Cristo en las ciudades de Listra y Derbe, así como los alrededores (Hch.
14:6). Esta región se encontraba en la
parte sur de Galacia, que ahora es parte de Turquía. Pablo les escribió una carta a las gentes de
esta región (Gá 1:2).
Esta gente era pagana, o sea que adoraban a
varios dioses, al mismo tiempo eran de disposición bélica, o sea dispuestos a
hacer guerra. No había sinagogas judías
en Listra, por tanto. Pablo predicaba al
aire libre.
Hechos Bíblicos:
En Listra había un hombre que siempre estaba
sentado porque sus pies no eran capaces de mantenerlo en pie. Estaba imposibilitado desde su nacimiento
(Hch. 14:8). Mientras escuchaba a Pablo
que predicaba, el hombre comenzó a creer (Hch. 14:9). Pablo que ya lo había observado, le dijo en
voz alta: “...Levántate derecho sobre
tus pies. Y él salto y anduvo” (Hch.
14:9-10).
Debemos recordar que estos milagros se
llevaban a cabo con el objeto de que la gente se convenciera y creyera, pero no
necesariamente para sanar a la gente (Jn. 20:30-31). Pero la gente empezó a actuar en forma tonta. Creyeron que Pablo y Bernabé eran
dioses. Y que habían sanado al cojo con
un poder propio de ellos (Hch. 14:11).
No sabían que solamente Dios podía sanar al cojo (Hch. 3:12-16).
La gente decía: “...Dioses bajo la semejanza de hombres han
descendido a nosotros.” A Bernabé le
llamaron “...Júpiter...”. Ese era el
dios pagano principal. Y a Pablo le
llamaron. “...Mercurio...” (Hch. 14:12).
En su religión pagana creían que Mercurio era
el portavoz de Júpiter y por eso a Pablo le llamaban Mercurio (Hch.
14:12). Hasta el sacerdote principal de
esta religión pagana quería ofrecer un sacrificio a Pablo y Bernabé.
Imagínense ustedes lo terrible de estas
acciones cuando Pablo estaba tratando de darles a conocer el Dios verdadero y
nuestro Salvador Jesucristo (Hch. 14:7-15).
Pero las gentes no entendieron.
Sino que trataron de hacer a estos hombres, que eran siervos del
verdadero Dios, dioses falsos y paganos.
Pablo y Bernabé, por fin se dieron cuenta de
lo que esas gentes estaban haciendo, y se horrorizaron. Para mostrar que no estaban de acuerdo con
eso, Pablo y Bernabé se rasgaron sus ropas y se lanzaron entre la multitud
gritando: “...Varones, ¿por qué hacéis
esto?
Nosotros también somos hombres semejantes a
vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo,
que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.” (Hch. 14:14-15; 1 Co. 8:4-6) Finalmente,
Pablo y Bernabé lograron detener a la gente en sus intentos de adorarles (Hch.
14:18).
Pero, luego unos de Antioquía y de Iconio, que
odiaban a Pablo y no querían creer en Dios, vinieron a Listra. Y convencieron a la gente para que apedrearan
a Pablo. Luego, después de apedrearlo,
arrastraron su cuerpo hacia las afueras de la ciudad, más allá de las paredes
que circundaban Listra, y le dejaron por muerto (Hch. 14:19). Un día le creían un dios y al siguiente le
querían matar. Los hombres hicieron lo
mismo a Cristo. Un día estaban
dispuestos a seguirle. Pero también muy
pronto le mataron.
Ilustración:
Francisco siempre tenía muchos deseos de ir a
la iglesia a adorar a Dios. Muy a menudo
pensaba que sería algo maravilloso poder ver a Dios algún día.
Un domingo, uno que predicaba vino a
visitarles a su casa. Era un hombre alto
y muy distinguido. Francisco nunca había
escuchado a nadie que enseñara como él.
Y se le ocurrió pensar que a lo mejor este hombre era Dios. Así que Francisco le preguntó: “Usted habla tan bien, ¿es usted Dios?” El predicador dijo: “No, por supuesto que no. Yo soy solamente un cristiano, siervo de
Dios. Hace algún tiempo yo también fui
un niño como tú. Ahora soy un
hombre.
Nunca debemos adorar a ningún hombre. Solamente debemos adorar y reverenciar a
nuestro Padre Celestial. El es nuestro
único y verdadero Dios vivo.”
Luego el predicador cogió entre sus manos la
mano de Francisco y le dijo: “Nunca
veneres a ningún hombre o animal, o piedra o imagen o ídolo.” “Adora solamente a nuestro Dios, nuestro
Padre Celestial.”
Hasta la fecha, años más tarde, Francisco aún
recuerda el sabio consejo de ese predicador.
Aplicación:
Nunca debemos venerar o adorar a lo creado,
hombre, bestia o objeto. Cuando
olvidamos al Creador, nuestro Dios, solamente lo peor nos puede suceder (Ro.
1:24-32).
Versículo para memorizar:
“...Nosotros
también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas
vanidades os convirtáis al Dios vivo,...”
--Hechos
14:15
Preguntas:
1.
¿Qué era lo que el hombre que Pablo sanó, nunca había podido hacer? Hch. 14:8
2.
¿Quién creyeron las gentes que Pablo era?
Hch. 14:12
3.
¿Quién creyeron las gentes que Bernabé era?
Hch. 14:12
4.
La gente junto con su sacerdote mayor iban a ofrecer un sacrificio de
________ y de __________ a Pablo y Bernabé.
Hch. 14:13
5.
Pablo les dijo que debían convertirse al Dios ________. Hch. 14:15
6.
Fue difícil detener a la gente para que no les adorasen. Hch. 14:18
Falso
o Verdadero
7.
Los enemigos de Pablo y Bernabé venían de _______ y de _______. Hch. 14:19
8.
Apedrearon a Pablo afuera de las murallas de la ciudad. Hch. 14:19
Falso
o Verdadero
9.
Pablo era un cobarde. Se levantó y
corrió. Hch. 14:20
Falso
o Verdadero
10.
¿Debemos venerar a cualquier hombre?
(Hch. 14:15; Mt. 23:8-12; Hch. 12:22-23)
(si)
o (no)
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AQUÍ La Gente Trata De Adorar A Pablo Y Bernabé
Muy buen comentario!!
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