Escrituras: He. 5:9; Hch.
5:32; Mr. 16:16; Lc. 13:3;
Hch. 2:38; Mt. 10:32; Ap. 3:10; Jn. 14:1-3; Ro. 5:8-10; Ro. 6:23
Propósito: 1.
Mostrar que Dios tiene un plan para nuestra salvación, y poder ir a los
cielos. 2. Mostrar que Dios tiene un plan para salvarnos
del infierno. 3. Mostrar que Jesucristo es el único que Dios
planeó nos salvaría de nuestros pecados.
Hechos Bíblicos:
¿Sabían ustedes que vivirán eternamente? Es verdad, todos los seres humanos son
eternos. Se nos ha dado el espíritu de
Dios que es como una vida que nunca cesará (Ec. 12:7).
Pero ustedes se preguntarán, ¿Cómo es que
podemos ser eternos, cuando vamos a morir algún día? Ustedes habrán conocido a alguien que ha
muerto, tal vez alguno de sus padres, algún hermano o hermana, o tal vez un
amigo. ¿Cómo pueden ser eternos? La Biblia nos enseña que con la muerte no
terminará nuestra existencia. Nuestros
cuerpos solamente vuelven a la tierra pero nuestro espíritu regresa a Dios
quien nos lo dió (Ec. 12:7). Cuando
Jesús murió en la cruz dijo: “...Padre,
en tus manos encomiendo mi espíritu...” (Lc. 23:46).
Así vemos pues que hay vida después de la
muerte (He. 9:27). Algún día todos los
niños, adultos, y toda la gente buena o mala que ha muerto, retornarán a la
vida (Jn. 5:25-29). Este gran día en el
futuro se llama el día de la resurrección (1 Co. 15:12-20, 35-58; 1 Ts.
4:13-18) (Dibujo #1).
No todos serán felices a la hora de la segunda
venida de Cristo, porque no todos serán salvos (Mt. 7:21; Ap. 6:12-17; 2 Ts.
1:6-9). La gente del mundo que no
obedece a Jesucristo, no tiene la oportunidad de ser salvos. Están perdidos. Lo cual quiere decir que van a ser castigados
con la ira de Dios (2 Ts. 1:8-9). Van a
tener que pagar por sus pecados (Ro. 6:23) o sea que van a ser excluidos de la
presencia de Dios, de todo su amor y todas sus bendiciones por siempre y
eternamente (2 Ts. 1:8-9; Mt. 25:30, 41, 46).
Todos aquellos que están perdidos serán
arrojados por Dios a un lugar llamado infierno, que es donde el diablo y sus
ángeles habitan (Mt. 25:41). El infierno
es un lugar horrible. El mal y los
malvados estarán ahí. En el infierno nadie
será feliz.
Ustedes no desean ser arrojados en el
infierno, ¿Verdad? Ustedes preferirían
vivir en los cielos con Dios, con una morada hermosa que él nos ha preparado
(Jn. 14:2-3). En el cielo siempre
seremos felices. No habrá sufrimientos,
lágrimas, muerte, enfermedades o ninguna cosa mala. Solamente lo bueno sucede en el cielo (Ap.
21:1-5). Y todos los ángeles fieles (Ap.
5:11) estarán ahí junto con Jesús y Dios y todos los que fueron fieles
sirvientes de Dios. El cielo será un
lugar maravilloso que nunca tendrá fin (Mt. 25:46; Ap. 22:5).
Por eso es que Dios nos ama tanto. Dios quiere que vivamos con él en el cielo
eternamente. El no de sea que nadie se
vaya al infierno (I P. 3:9).
Pero para que Dios nos salve de nuestros
pecados y del castigo del pecado, el infierno, Jesús murió por nosotros en la
cruz. En su muerte, él murió por
nuestros pecados (Ro. 5:6-10). Para ser
salvos e ir al cielo debemos ser perfectos.
Debemos estar sin mancha alguna.
Así Dios nos perdona nuestros pecados, porque Jesús murió por
nosotros. Nos da la vida perfecta de
Jesús para por ella ser juzgados (1 Co. 1:30-31; 1 Jn. 2:1-6).
Por eso es que la salvación es solamente por
medio de Jesucristo (Hch. 4:12; Jn. 14:6).
Dios no nos va a salvar con grandes milagros.
Podemos ser salvos de nuestros pecados e ir al
cielo solamente obedeciendo a Jesucristo (Hch. 5:9).
Escuchemos lo que la palabra de Dios nos dice
que debemos hacer para alcanzar la vida eterna.
“El que creyere y fuere bautizado, será salvo mas el que no creyere,
será condenado” (Mr. 16:16).
Jesús nos pidió que confesáramos su nombre y
todos los ángeles se regocijarán (Mt. 10:32).
“...No; antes si no os arrepentís, todos
pereceréis...” (Lc. 13:3).
“...Arrepentíos, y bauticese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados...” (Hch. 2:38).
“...Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la
corona de la vida” (Ap. 2:10).
Por eso si ustedes quieren ir al cielo, deben
planear en obedecer a Jesucristo. El debe
ser el ejemplo de como debemos vivir.
Dios tiene un plan para nosotros. Ese plan es el de salvarnos. Pero ni aún Dios nos puede ayudar si nosotros
no obedecemos las enseñanzas de Jesucristo.
Preguntas:
1.
¿Cree usted que Dios tiene un plan de salvación para nosotros?
2.
¿Qué obtendremos con el plan de salvación que Dios nos ofrece? Jn. 14:2; Ap. 21:1-5
3.
¿Cómo serán los cielos? Ap. 21:22
4.
¿De qué nos salvará el plan de Dios?
Mt. 25:30, 41, 46; 2 Ts. 1:9
5.
¿Quiénes retornarán a la vida durante el día de la resurrección? Jn. 5:25-29
6.
¿Cuántas de las cosas necesarias para ser salvo puede usted nombrar? Mr. 16:16; Hch. 2:38; Mt. 10:32; Ap. 2:10
7.
Describa usted lo que crea el infierno será. Mt. 25:30, 41, 46; Mr. 9:43-48; Ap. 20:10,
15.
8.
¿Piensa usted obedecer a Jesucristo?
9.
¿Es usted cristiano?
Versículo para memorizar:
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna;
pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está
sobre él.”
--Juan
3:36
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