sábado, 15 de marzo de 2014

Dios Envío a Su Hijo

En El Cumplimiento Del Tiempo, Dios Envío a Su Hijo
Escrituras:  Gn. 22:18; Is. 7:14-15; Gá. 4:4; Mt. 16:18; Hch. 4:12; He. 1:1-2

Propósito: 1.  Mostrar que desde los tiempos antiguos Dios ha tenido su plan para la salvación de los almas de las gentes del mundo, las que le obedezcan.  2.  Mostrar que las gentes de Dios, siempre han formado parte de su iglesia.                 3.  Mostrar que hoy solamente aquellos que obedecen la voluntad de Dios en el nombre de Jesucristo, son de Dios.  Y son la iglesia de Cristo.  La iglesia de Cristo se nos fue prometida, y se inició durante los tiempos del Nuevo Testamento.  (Lea las escrituras con cuidado.)

Hechos Bíblicos:

Desde el principio, cuando Dios creó al hombre, siempre ha habido gente que eran gente de Dios.  Fueron aquéllos que fieles se rindieron y dieron sus vidas obedeciendo y siguiendo la voluntad de Dios al mismo tiempo que rechazaban los placeres del pecado (He. 11:24-26).

Estos justos vivían con fe en Dios y en la promesa de Jesús el Mesías que habría de venir (He. 11:13).

¿Pensaron ustedes alguna vez que los 39 libros que forman el Antiguo Testamento son como un diario de las vidas de la gente que fueron santos de Dios? Por tanto de acuerdo con la promesa de Dios de que Cristo vendría, estos santos son miembros de la congregación de Dios.

A los judíos, a quienes Dios libró de la tierra de Egipto, se les conoció como la iglesia (Hch. 7:38).  A esa congregación de la gente de Dios para adorar a Dios se le llamó la iglesia (Sal. 22:22; He. 2:12).

Recordemos que los fieles del Antiguo Testamento esperaban y ansiaban la venida de Jesús el Mesías (Mt. 13:17; Jn. 8:56; He. 11:13; He. 11:25-27; He. 11:39).  Jesús siempre ha sido la base de las relaciones entre Dios y el hombre.  En el Antiguo Testamento Jesús era el prometido (Is. 7:14-15).  En el Nuevo Testamento, Jesús es el prometido (Mt. 1:21-23).  Y en Gá. 4:4 nos dice Pablo:  “Pero cuando vino el complimiento del tiempo, Dios envío a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley.”  Jesús está aquí (Jn. 3:2; Jn. 1:29-36).  Jesús ha venido (Hch. 2:36) y Jesús vendrá otra vez (Hch. 1:6-11).

Jesús es el centro de la Biblia.  Es el centro de la naturaleza (Ro. 8:18-23; He. 1:1-3).  Es el centro del futuro.  También es el centro o la cabeza de la iglesia (Ef. 1:21-22).  Cuando Jesús se encontraba sobre la tierra dijo:  “...edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mt. 16:18).

La iglesia ha sido establecida cincuenta días después de la ascensión de Cristo, la iglesia se completó y estableció, en el día de Pentecostés (Hch. 2:1).  Desde entonces, a la congregación de las gentes de Dios se les llamó iglesia (Hch. 8:1).  También se les llamó “discípulos del Señor” (Hch. 9:1) y “cristianos” (Hch. 11:26).

En un tiempo, Jesús dijo que la iglesia vendría, pero ahora podemos ser miembros de su Iglesia.

La Biblia nos enseña que hoy todas las gentes de Dios son miembros de la iglesia de Cristo.  O sea que no podemos decir que somos sirvientes de Dios y al mismo tiempo rechazar la iglesia que Jesús edificó (Ef. 1:3; Ef. 3:20-21; I Co. 12:13; Ef. 5:23-27).  La Biblia nos enseña que como miembros de la iglesia que Jesús edificó, debemos ser como la desposada de Cristo, vírgenes puras (Ef. 5:23-27; 2 Co. 11:2).

No podemos seguir a Dios y Jesús, haciendo lo que nos parezca más adecuado a nosotros.  Nuestra salvación está solamente en el nombre de Jesús (Hch. 4:12; Jn. 14:6).

Había doce hombres que trataban de adorar a Dios.  Pero algo parecía ser incorrecto (Hch. 19:1-7).  Habían sido bautizados solamente con el bautismo de Juan (Hch. 19:3).  Pablo entonces les dijo que deberían ser bautizados en el nombre de Jesús (Hch. 19:4-5).

Ningún hombre puede separar a Jesús nuestro Salvador, del bautismo en su nombre, de la iglesia que él edificó, y de la salvación.  Todo está designado por Dios para ir siempre unido.

Así vemos que, en el gran plan de Dios, somos salvos por su voluntad, y no por milagros ni la voluntad del hombre.

Versículos para memorizar:

 “...edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” 
--Mateo 16:18

“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” 
--Hch. 4:12

Preguntas:

1.      ¿Quién edificó la iglesia en la cual somos bautizados?  Mt. 16:18; 1 Co. 12:13; Ef. 1:21-22


2.      ¿Quién es la cabeza de la iglesia hoy?  Ef. 1:21-22; Col. 1:18


3.      ¿Quién es la desposada de Cristo?  Ef. 5:23-26; 2 Co. 11:2
4.      Debemos ser salvos en el nombre de:  Hch. 4:12; Jn. 14:6
1)                             Buda
2)                             El Papa
3)                             Jesús
4)                             Cantinflas


1.      ¿Quién salvará la iglesia?  Ef. 5:25-27


2.      ¿Podemos separar a Cristo, su iglesia y salvación?


3.      ¿Podemos rechazar la iglesia y ser salvos a nuestro modo?  Jn. 14:6



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