Lección 8
Venciendo al pecado
Para
que podamos llegar al cielo debemos obtener el perdón, no solamente por pecados
pasados sino también para mantenernos libres de pecado (Apocalipsis 2.10).
Satanás hará todo lo posible para hacernos pecar (1 Pedro 5.8). Sin embargo,
tenemos la ayuda de Dios, y Dios vence el poder de Satanás, según se explica en
1 Corintios 10.13. La ayuda de Dios es para los que se resisten hasta el límite
de sus fuerzas. Esta lección trata de cómo podemos obtener ayuda para vencer al
pecado.
I. Como crece el pecado
Para
encontrar la curación de una enfermedad, los médicos deben saber primero en que
forma se desarrolla la enfermedad: cómo entró al cuerpo, qué parte del mismo
afecta y en qué forma lo hace. Cuando tales cosas son conocidas, es posible
desarrollar un plan para atacar a la enfermedad.
Santiago
1.12-15 describe la forma en que el pecado se desarrolla en el hombre. Primero
estudiaremos este desarrollo, y luego veremos qué es lo que puede ayudarnos a
vencer el pecado. Hay que leer este pasaje con todo cuidado.
Primera
etapa: Tentación (ver. 14). Antes de que se cometa el pecado, ha existido la
tentación. Esta incluye dos cosas: 1) el deseo vehemente o codicia de algo; 2)
la seducción, que es la oportunidad y el estímulo para satisfacer el deseo.
Así, se puede poner en una sencilla fórmula, como sigue:
Tentación = Deseo + Oportunidad
He
aquí una sencilla ilustración: Un niño siente la tentación de robar algunos
panecillos, cuando los desea y tiene oportunidad de tomarlos. La tentación será
muy fuerte si de veras tiene un gran deseo de los panecillos, y si se la
facilita apoderarse de ellos.
Por
supuesto que comprendemos bien que el ser tentado, no es pecaminoso. Jesús
mismo fue tentado por Satanás, pero no pecó (Hebreos 4.15).
Segunda
etapa: Pecado (ver. 15). "Entonces la concupiscencia, después que ha
concebido, da a luz el pecado". Esto significa sencillamente que una
tentación se convierte en pecado cuando se actúa, cediendo a ella. Vimos que la
tentación era deseo y oportunidad. El pecado abarca estas dos cosas, agregando
a ellas la acción. Se expresa la fórmula así:
Pecado = Tentación + Acción
Tercera
etapa: Castigo final (ver. 15). "El pecado, siendo consumado, da a luz la
muerte". Esta muerte que se menciona aquí, es descrita en Apocalipsis
20.12-15. El pecado es "completo", cuando el pecador se niega a
arrepentirse de él. En una fórmula, esto se indica así:
Castigo eterno es el resultado del
pecado sin arrepentimiento.
II. Como vencer al pecado
En
la primera parte de la lección vimos las tres etapas del desarrollo completo
del pecado. Por lo tanto, al poner estas fórmulas juntas, vemos lo siguiente:
Deseo + Oportunidad + Acción + Falta de
arrepentimiento = Castigo
El
pecado y Satanás habrán vencido, si usted recibe este castigo final. Pero usted
habrá vencido se evita este castigo y alcanza el cielo. Podemos vencer al
pecado deteniendo su desarrollo en cualquiera de estas etapas, que son las que
llevan al castigo final. Veamos como podemos hacerlo.
1. Deseo: Debemos aprender a controlar
nuestros deseos.
Es
parte del crecimiento del cristiano cambiar gradualmente sus deseos. Leer los
siguientes textos: Romanos 12.2; Gálatas 5.24 y Colosenses 3.2. Cualquier
persona podrá preguntarse: ¿Cómo puede hacerse esto? El estudio de la Biblia
ayudará a toda persona a sentir el deseo de hacer las cosas buenas,
especialmente cuando se habla de las recompensas que Dios da a los justos, y el
castigo a los pecadores. Mientras más se ame a Dios, más deseará la persona
agradarlo, y más deseará hacer todo lo que Él quiere que hagamos. Pensando
sobre las bendiciones de Dios, la persona se fortalecerá y esto le ayudará a
amarlo. También se encontrará que al vivir la vida cristiana, se deseará más y
más obrar rectamente.
Gradualmente,
se verá que se tiene menos tendencia a sentir las tentaciones de mentir, usar
lenguaje profano, tomar bebidas embriagantes y otros pecados; simple y
sencillamente porque ya no se desea hacer esto.
2. Oportunidad: debemos poner un límite
a las oportunidades para pecar.
Es
un gran error el meterse en situaciones donde habrá tentaciones muy fuertes y
oportunidades para pecar, especialmente cuando aún no controlamos debidamente
nuestros deseos (1 Corintios 15.33). Aquí vemos la importancia que tiene el
saber escoger nuestras compañías en forma prudente, para evitar el pecado. Las
malas compañías nos inducen pecar. Estudiar también el Salmo 101.6,7. La
persona con quien se contrae matrimonio tendrá mucha influencia ya sea para
ayudar a pecar, o para evitar el caer en el pecado (Deuteronomio 7.1-4; 1 Reyes
11.1-9). Los lugares de diversión también pueden tener influencia en nuestra
posibilidad de evitar el pecado o caer en el (Salmo 101.3).
3. Acción: Debemos desarrollar el
control sobre nuestro cuerpo y mente, para no ceder a la tentación.
Jamás
nos será posible evitar por completo todos los deseos y las oportunidades para
pecar, y por este motivo debemos aprender a controlar nuestras acciones. Esto
es sencillamente "el control de uno mismo" (Proverbios 16.32). Jesús
tenía un perfecto control de sí mismo (1 Pedro 2.21-23). La palabra
"templanza" se usa muy a menudo en la Biblia para designar esto (1 Corintios
9.25 y Gálatas 5.23). Este control sobre uno mismo se necesita especialmente
cuando la vida cristiana no goza de las simpatías de toda la gente, y el
cristiano es ridiculizado porque no hace todo lo que la demás gente hace (Lucas
6.22,23).
4. Impenitencia: Debemos arrepentirnos
de los pecados cuando los hayamos cometido.
Al
tratar de controlar nuestros deseos, las oportunidades y las acciones, podemos
muchas veces cometer pecado. Sólo hay entonces una cosa que nos permite vencer
al pecado. Esta es el arrepentimiento, porque Dios comprende que somos débiles
y nos ha dado una forma para ser perdonados de cualquier pecado cometido.
Cuando nos hacemos cristianos, todos nuestros pecados pasados son perdonados,
especialmente al ser bautizados. Ahora que ya somos cristianos, el plan de Dios
para con nosotros es diferente.
El
arrepentimiento, la confesión y oración son los requisitos que Dios tiene
fijados. Estudiar Hechos 8.22 y 1 Juan 1.9. Cuando el pecado ha sido público y
notorio, entonces se convierte en una ofensa contra Dios y contra la iglesia.
Entonces hay que hacer confesión ante la iglesia (Santiago 5.16). Dios está
dispuesto a perdonar los pecados cuantas veces nos arrepintamos y estemos
dispuestos a confesarlos. Sin embargo, no nos perdonará si continuamos
practicando el pecado deliberadamente, sin arrepentirnos de ello.
Testimonio personal
1.
¿Vive usted o trabaja con personas que le hacen difícil vivir la vida
cristiana?
2.
¿Cree usted que se va sintiendo más y más fuerte para evitar el pecado y vencer
la tentación?
3.
¿Pide usted diariamente a Dios que perdone sus pecados?
4.
¿Desea usted con toda sinceridad complacer a Dios por encima de todas las demás
cosas?
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