jueves, 30 de enero de 2014

miércoles, 22 de enero de 2014

La Cena Del Señor

    El significado de la Cena del Señor, 1 - Lucas 22.19


El significado de la Cena del Señor, 1 - Lucas 22.19 from iglesiadecristoags


El significado de la Cena del Señor, 2 - Lucas 22.14-20


El significado de la Cena del Señor, 2 - Lucas 22.14-20 from iglesiadecristoags


   La autoridad para la Cena del Señor - Mateo 28.18


La autoridad para la Cena del Señor - Mateo 28.18 from iglesiadecristoags



Anticipada en el Antiguo Testamento - Éxodo 12.1-30


Anticipada en el Antiguo Testamento - Éxodo 12.1-30 from iglesiadecristoags


Institución de la Cena del Señor - Mateo 26.20-29


Institución de la Cena del Señor - Mateo 26.20-29 from iglesiadecristoags



Los elementos de la Cena del Señor - Mateo 26.17-30


Los elementos de la Cena del Señor - Mateo 26.17-30 from iglesiadecristoags


   El día de la celebración - Hechos 20.6, 7


El día de la celebración - Hechos 20.6, 7 from iglesiadecristoags


 La celebración hoy en día - 1 Corintios 11.23-25


La celebración hoy en día - 1 Corintios 11.23-25 from iglesiadecristoags


Interrogantes sobre variaciones en la manera de celebrarla - Juan 4.20-24


Interrogantes sobre variaciones en la manera de celebrarla - Juan 4.20-24 from iglesiadecristoags


¿Quién tiene derecho o comer? - 1 Corintios 5.7, 8


¿Quién tiene derecho o comer? - 1 Corintios 5.7, 8 from iglesiadecristoags


Las instrucciones que Pablo dio a los corintios - 1 Corintios 10.16-22; 11.17-34


Las instrucciones que Pablo dio a los corintios - 1 Corintios 10.16-22; 11.17-34 from iglesiadecristoags


Oraciones, cánticos y pasajes bíblicos - Marcos 14.22-26


Oraciones, cánticos y pasajes bíblicos - Marcos 14.22-26 from iglesiadecristoags


Preguntas sobre la Cena del Señor - Juan 4.20-24


martes, 21 de enero de 2014

Las Mujeres en el Nuevo Testamento y su Aportación a la Iglesia


Willie A. Alvarenga 

No existe duda alguna de que la Biblia enfatiza en gran manera el trabajo de las mujeres en el Nuevo Testamento. Argumentar que las Escrituras no proveen honor a la función de la mujer en la Iglesia de Cristo es argumentar algo ilógico que la Palabra no justifica. 
Obviamente espacio nos faltaría para mostrar la aportación de todas
las mujeres que se mencionan en el Nuevo Testamento; sin embargo, en este breve estudio solamente mostraré algunos ejemplos, y luego haré una aplicación para nuestros tiempos. Es mi 
oración que todos tomemos el tiempo para apreciar y orar por la contribución que las hermanas en Cristo hacen en la Iglesia del Señor. Me temo que en muchas ocasiones, tales hermanas son ignoradas. Por lo tanto, con esto en mente, observemos algunos ejemplos de mujeres del Nuevo Testamento y lo que ellas aportaron a la Iglesia de Cristo. 

María, la madre de Jesús 

Uno de los grandes ejemplos del Nuevo Testamento sería la madre de Jesús. Ella fue escogida por Dios para dar a luz al Salvador del mundo. En el registro de los evangelios podemos ver la humildad de ésta mujer y su disposición en llevar a cabo el plan de Dios. Ella no le puso “peros” a Dios, sino más bien,consideró un honor ser la madre de Jesús, el Hijo de Dios. Su actitud la podemos ver en el pasaje que el médico Lucas provee (Lucas 1:46-56). Estamos más que seguros que aun después de la muerte de Jesús, ella siguió siendo una mujer fiel a los mandamientos de Dios. Ella es mencionada momentos antes del establecimiento de la Iglesia (Hechos 1:14), lo cual implica que ella vino a formar parte del cuerpo de Jesús, la Iglesia. Ella, sin duda alguna, llevó a cabo una gran contribución a la Iglesia del Nuevo Testamento. 

Dorcas, una discípula llamada Tabita 

 En Hechos 9:36-43 leemos acerca de esta mujer cristiana. Podemos concluir que ella era una mujer cristiana por el hecho de que Lucas nos informa que ella era una discípula (v. 36). Recordemos que en el capítulo 11 de Hechos a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía (11:26). Esta es la única vez en todo el 
Nuevo Testamento cuando se menciona la palabra “discipula” en el género femenino (mathetria).1¿Qué fue lo que Dorcas hacía para beneficio de los demás? Lucas nos informa que ella abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía (v. 36). Luego, en el v. 39 leemos cómo ella hacía túnicas y vestidos. De esta información aprendemos cómo ella se preocupaba por llevar mucho fruto para el Señor (Juan 15:1-8; Tito 3:14). Por medio de esto nos damos cuentaque ella glorificaba a Dios por medio de sus buenas obras. El texto de Hechos también dice que ella abundaba en limosnas que hacía. La palabra “limosnas” viene del griego2
 eleemosune, lo cual denota ayuda hacia los pobres o necesitados. 
Dorcas me recuerda en gran manera a todas aquellas hermanas en Cristo que aportan apoyo economico para ayudar estudiantes en la Escuela de Predicación de 
Brown Trail. Así es hermanos, existen hermanas en la Iglesia del Señor que se preocupan por ayudar hermanos que se preparan para el ministerio de la predicación. 
Lucas, el médico amado nos informa de varias mujeres que ayudaban a Jesús y sus Apóstoles con sus bienes. Leamos lo que él nos dice: “Y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juan, mujer de Chuza intendente3
 de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes” (Lucas 8:2-3). La iglesia de nuestros tiempos necesita más hermanas en Cristo como nuestra hermana fiel Dorcas y las que hemos considerado en el evangelio de Lucas. 

María, la madre de Juan 

Esta mujer cristiana es conocida como la madre de Juan Marcos, aquel cristiano joven que era ayudante de Bernabé y Saulo (Hechos 13:4), y que momentos más tarde se apartara de ellos durante el primer viaje evangelistico, volviéndose a Jerusalén (v. 13). 
En el capítulo 12 de Hechos leemos cómo ésta mujer cristiana había abierto las puertas de su casa para que los hermanos pudieran reunirse para hacer oración a favor del Apóstol Pedro (Hechos 12:12), quien se encontraba en la cárcel en esos momentos (12:4-5). Hoy en día muchas hermanas prestan su casa para que la iglesia se reuna para algún devocional donde oraciones por peticiones especificas se llevan a cabo. Hay hermanas que también prestan su casa para hospedar hermanos y hermanas en Cristo. Las hermanas pueden aportar en gran manera haciendo lo que María hizo. 

1
 Strong 3102 
2
 Strong 1654 
3
La palabra griega para intendente es epitropos (Strong 2012) que se traduce como mayordomo, una persona que 
está a cargo de supervisar trabajadores. 

Lidia, la vendedora de púrpura 

Lucas, el historiador del Nuevo Testamento, decidió por inspiración divina incluir la conversión de ésta mujer fiel (Hechos 16:11-15). Ella fue una mujer que estuvo dispuesta a escuchar la Palabra de Dios con un corazón sincero y honesto. Esta actitud la llevó hasta el punto de obtener la salvación que Dios ofrece por medio de Cristo. El Apóstol nos dice que después de la conversión de Lidia, ella mostró amor fraternal para con él y los demás obligándoles, de una manera positiva, a quedarse en su casa (16:15). 
En este caso, ella fue un excelente ejemplo de hospitalidad. El Apóstol Pablo llegó a tener en mucha estima la Iglesia en Filipos (Filipenses 1:8; 4:1). Basado en la evidencia que tenemos disponible, usted y yo podemos concluir positivamente que Lidia vino a ser una gran bendición para la Iglesia de Cristo. 

Febe, la sierva de la Iglesia en Cencrea 

Febe fue una mujer que el Espíritu Santo decidió que fuese incluída en las páginas del Nuevo Testamento (Romanos 16:1-2). Dos versículos en las páginas inspiradas fueron dedicados a presentar un excelente testimonio de ésta mujer fiel. El Apóstol Pablo nos informa que ella había ayudado a muchos, y a él mismo. 
Obviamente, todo lo que Febe hizo en el reino de Cristo fue dentrode los límites que Dios autoriza en Su Palabra, es decir, sin ejercer autoridad sobre el hombre (cf. 1 Timoteo 2:11-12). En la Iglesia del Señor hay muchas oportunidades para que la mujer fiel pueda servir a nuestro Dios, es decir, sin violar los límites que Dios ha estipulado. 
La palabra “diaconisa” que nuestra versión Reina Valera 1960 utiliza debe ser interpretada como “sierva” (diakonos) y no “diaconisa” en el sentido oficial de la palabra. La versión del inglés King James, presenta esta palabra como sierva (servant), y no diaconisa. 

Evodia y Síntique, colaboradoras del Apóstol Pablo 

El Apóstol Pablo se acordó de estas mujeres al escribir la carta a los Filipenses. Él nos dice que éstas mujeres combatieron juntamente con él, en el evangelio (Filipenses 4:2-3). La frase “en el evangelio” representa el hecho de que trabajaron en la obra del Señor. Éstas mujeres, al igual que muchas de hoy en día, trabajaron y aportaron un servicio en la Iglesia del Señor. El Apóstol Pablo nos dice que todos los que colaboran fielmente en el reino de Cristo tienen sus nombres escritos en el libro de la vida. Sin duda alguna, el nombre de éstas mujeres estaban escritas en este libro. 

 Las mujeres cristianas de Romanos 16

En el capítulo 16 de Romanos leemos acerca de varias hermanas en Cristo quienes aportaron en gran manera a la causa de Cristo. Notemos sus nombres y lo que el Apóstol Pablo comentó acerca de ellas: 

Febe—Ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo (vs. 1-2). 
Priscila—Colaboradora en Cristo Jesús, que expuso su vida por Pablo y que había permitido que la Iglesia se reunira en su casa (vs. 3-4). 
María—Ella trabajo mucho entre los hermanos (v. 6). 
Trifena y Trifosa—Trabajaron en el Señor (v. 12). 
Pérsida—Ha trabajado mucho en el Señor (v. 12). 

Las hermanas en Cristo de hoy en día también pueden aportar en gran manera como éstas que hemos mencionado lo hicieron. 

Aplicación práctica 

Los ejemplos bíblicos de mujeres del Nuevo Testamento que hemos considerado son solamente algunos de los muchos que pudieramos mencionar (e.g. Romanos 16:1-22). Dios ha permitido que éstas mujeres sean mencionadas en Su Libro santo. Sin duda alguna, pudieramos argumentar que la razón por la cual Dios permitió esto es porque Él desea que las mujeres de este tiempo imiten el buen ejemplo que ellas han dejado para la Iglesia de todos los tiempos. Recordemos que la Biblia nos exhorta a ser imitadores de los buenos ejemplos (1 Corintios 4:16; 11:1; Filipenses 3:17; 1 
Tesalonicenses 1:6; 2:14; 3 Juan 11). Así que, hermanas en Cristo, les invito a que sean imitadoras de estos ejemplos fieles que las páginas de la Biblia muestran. Ustedes pueden asegurar sus nombres en el libro de la vida trabajando arduamente en el reino de Cristo, es decir, envolviendose en todas las áreas de trabajo que Dios ha autorizado por medio de Su Palabra. Usted puede continuar siendo una gran bendición para la Iglesia del Nuevo Testamento. Nuestro hermano Gary McDade hizo el siguiente comentario en su artículo sobre el ejemplo de una mujer cristiana: 
La influencia y ejemplo de la mujer cristiana en el hogar, en la iglesia, en el trabajo, en el trabajo y carrera de su esposo, y en la sociedad en general impacta de una manera significante el gozo de éxito en todas sus áreas de actividad. Se dice de la mujer cristiana que su manera piadosa de ser tiene la habilidad de ganar aun a su esposo que no es cristiano el cual no está dispuesto a examinar las Escrituras por sí mismo, y para Cristo (1 Pedro 3:1-6). Cada mujer cristiana debe estar muy agradecida por el buen ejemplo que proyecta a los demás.

 ¡Qué nuestro Padre celestial bendiga a todas nuestras hermanas en Cristo que se 
esfuerzan por trabajar arduamente en la obra del Señor! 

miércoles, 15 de enero de 2014

El padre que perdona



Escrituras: Lucas 15:11-32

Propósito: Mostrar lo que el amor de un padre debe ser, y la responsabilidad de la familia para perdonar.

Hechos Bíblicos:

La historia de nuestra lección de hoy es muy interesante y pudo realmente haber sucedido.  Jesús se las platicó a sus discípulos para mostrarles como los miembros de una familia deben tratarse entre sí.

Un hombre tenía dos hijos.  El hijo menor vino a su padre y le dijo:  “Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde.”  El padre repartió sus bienes entre sus dos hijos.  Algunos días después el hijo menor decidió partir con todas sus posesiones y dejar a su padre y su hogar (Vea Lc. 15:11-13).  Se fué a lugares muy lejanos, donde malgastó todo lo que poseía viviendo una vida muy depravada.

Cuando todo el dinero se le hubo terminado, una gran hambre acaeció en los lugares donde se encontraba, y empezó a faltarle el sustento.  Comenzó a buscar algo en que trabajar.  Pronto uno de los ciudadanos lo mandó a su hacienda para que apacentase cerdos (Vea Lc. 15:14-16).  Pero tenía tanta hambre que hasta hubiera deseado comerse lo que él mismo les daba a los puercos, pero nadie le daba nada de comer.  (Dibujo #1)

Recapacitando, se dijo a sí mismo:  “...¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aqui perezco de hambre!  Me levantaré e iré a mi padre, y le diré:  Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.  Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.” (Lc. 15:17-19).

Así es como decidió ponerse en camino de regreso a su hogar.  Pero mientras aún se encontraba a cierta distancia de su casa, su padre le vió que venía.  Corrió a encontrarle en el camino y arrojando sus brazos al cuello le besó.  El joven trató de decirle a su padre acerca de los pecados que había cometido, pero el padre parecía no poner atención alguna.  Llamó a sue sirvientes y les dijo:  “...Saced el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.  Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado...”  Por tanto tuvieron una gran celebración. (Lc. 15:22-24)

Mientras tanto, el hijo mayor regresaba a la casa del campo donde había estado trabajando todo el día, y oyó la música y las danzas.  Le preguntó a un sirviente, ¿qué era lo que estaba sucediendo?  El sirviente respondió:  “...Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar al becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano” (Lc. 15:25-27).  Entonces el hijo mayor, al oir esto, se enojó mucho y rehusó entrar a la casa.  El padre salió a rogarle para que entrara, pero el hijo, respondiendo, le dijo:  “...He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.  Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo”.  (Lc. 15:29-30)

Entonces el padre le dijo:  “...Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.  Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado”. (Lc. 15:31-32)

No podía existir felicidad en esta familia hasta que el hermano mayor aprendiera a otorgar el perdón a su hermano.

Lo triste de esta historia es que no sabemos si lo otorgó.

Aplicación

Cuán hermoso el ver que el padre de nuestra historia haya perdonado a su hijo y le haya dado la bienvenida, después de su arrepentimiento y regreso a su hogar.  Del mismo modo Dios nos otorga perdón después de que nos arrepentimos de nuestros pecados y retornamos a nuestro padre celestial.

Ilustración

Ricardo tenía la tarea y la responsabilidad de cuidar del rebaño de su padre.  Un día en lugar de vigilar el rebaño, se fue a jugar con un amigo, Juan.  Juan le comenzó a platicar a Ricardo todo lo novedoso de la ciudad, y como Ricardo podía conseguirse un trabajo que le pagaría mucho dinero.  Ricardo, que ya se había cansado de cuidar el rebaño, sucumbió a la tentación del dinero, y partió para la ciudad.  Una vez ahí comenzó a buscar trabajo pero no tuvo éxito.  Muy pronto empezó a dar cuenta que la situación en su casa no era tan mala.  Así que decidió regresar a su hogar.  Le pidió perdón a su padre y le dijo cuánto sentía el haberlo preocupado tanto.  Su padre estaba tan contento de verlo sano y salvo, que le perdonó de inmediato y le dio la bienvenida a la familia otra vez.
  
Verso para memorizar

“Y levantándose, vino a su padre.  Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.”
--Lucas 15:20

Preguntas:

1.     ¿Cuál fue la petición del hijo menor?  Lc. 15:12

2.     (a)  ¿A dónde fué el hijo?
     (b)  ¿Qué hizo en esos lugares lejanos?  Lc. 15:13

3.     Cuando el hambre vino, ¿qué clase de trabajo hizo?  Lc. 15:15


4.     ¿Qué le hizo decidir regresar a su casa?  Lc. 15:17


5.     Nombre cinco cosas que el padre le pidió a los sirvientes que hicieran para su hijo cuando hubo regresado.  Lc. 15:22-23

6.     ¿Cual fue la actitud del hijo mayor?  Lc. 15:28

7.     Lea Mateo 18:21, 22 y Lucas 17:4, y diga si cree usted que el hijo mayor actuó correctamente.

8.     Si nos arrepentimos de nuestros pecados, Dios nos perdonará, así como el padre de esta lección perdonó a su hijo.  Hechos 8:22
Falso     o     Verdadero

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La familia de Jesús



Escrituras: Mt. 1:18 al 2; Lc. 2; Mt. 13:55; Mr. 6:3

Propósito: Mostrar que Jesús veneró a Dios su padre celestial y a José su padre en esta tierra.

Hechos Bíblicos:

         ¿Recuerdan ustedes que el título general de estas series habla acerca de la familia del hombre y de la familia de Dios?  Al estudiar acerca de Jesucristo, el Hijo de Dios, aprendemos que el tuvo un Padre Celestial, Dios, y un padre y una madre terrenal, que fueron José y María.  En Mt. 1:18 comenzamos a leer como Dios por medio del Espíritu Santo hizo que María concibiera a Jesús cuando aún era una doncella virgen.  José había planeado casarse con ella, pero no comprendía lo que estaba sucediendo hasta que un ángel del Señor se le apareció y le explicó que María tendría un hijo que salvaría a los hombres de sus pecados (Mt. 1:21).

Poco después del nacimiento de Jesús, el rey de Judá, Herodes se enteró que unos magos del oriente habían venido a adorar al niño Jesús.  Sintió temor de que al crecer Jesús se convertiría en rey y lo destronaría.  Por eso es que ordenó que todos los niños de dos años o menores que vivían cerca de Belén o en Belén fueran aniquilados (Mt. 2:16).  Pero José y María huyeron a Egipto con Jesús hasta que la muerte del rey Herodes acaeció (Mt. 2:19) (Dibujo #1).  Entonces José, que era carpintero, regresó a Judá a vivir.  Ahora leamos Lc. capítulo 2.

Sabemos que se acostumbraba en esa época que el hijo aprendiera el oficio del padre, y sin duda Jesús debe haber aprendido a trabajar con sus manos y a hacer trabajo de carpintería mientras crecía.

En Lucas 2:40 también podemos observar como Jesús creció y se fortaleció y se llenó de sabiduría al mismo tiempo que recibió la gracia de Dios, su padre celestial.  En una ocasión cuando tenía doce años, Jesús fue con sus padres a la fiesta de la pascua en Jerusalén al regresar, José y María creían que Jesús venía con algún otro miembro de la familia, pero lo que verdaderamente había sucedido es que Jesús se había quedado en Jerusalén hablando entre los doctores del templo, los cuales se maravillaban de su inteligencia y sabiduría (Lc. 2:47).

Pero aquí es cuando también encontramos lo que les dijo:  “...¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”  Aquí él no estaba hablando de su padre terrenal, José.  Se estaba refiriendo a su padre celestial, Dios (Lc. 2:49).  Con esto vemos que Jesús veneraba a su padre celestial.  Pero dos versículos más adelante, en Lc. 2:51, también encontramos que el Hijo de Dios, Jesús, también veneraba y respetaba a su padre y a su madre en esta tierra, María y José.  Porque en ese versículo se nos dice que “...estaba sujeto a ellos...”  Nunca utilizó a su padre terrenal como pretexto para no obedecer a su padre celestial o viceversa.

Dios nos ha dicho que él será nuestro Padre, también, si le obedecemos, pero también sabemos que Dios quiere que nosotros obedezcamos a nuestros padres aquí sobre la tierra.

Ilustración

Roberto sabía que la hora de la cosecha del maíz había llegado y que su papá necesitaba de su ayuda.  Pero Roberto se sentía con ganas de irse solo a pensar y meditar y hablar con Dios y estudiar su palabra.  Cuando su papá se dió cuenta de esto, vino y le explicó que un hijo tiene obligaciones con Dios y también con sus padres.  Y le dijo que si quería meditar en la palabra de Dios, lo podría hacer mientras cosechaba el maíz, y así la familia podría estar preparada para los alimentos durante el invierno.  Después de que se cosechara el maíz, aún podría tener tiempo de irse por algún tiempo a meditar, orar y hablar con Dios.  De este modo Roberto estaba atendiendo a sus responsabilidades tanto con su Padre Celestial como con su padre terrenal.  Roberto pudo darse cuenta de la sabiduría de este consejo y accedió muy contento de tener un padre tan comprensivo.

Versos para memorizar:

“Entonces él les dijo:  ¿Por qué me buscabais?  ¿No sabíais que en los negocios de mi padre me es necesario estar?”
--Lucas 2:49

“Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos.  Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.”
--Lucas 2:51

Preguntas:

1.    Cada uno de nosotros tiene dos padres, ¿quiénes son?  Referir a la lección.

2.    Cuando Jesús nació, el rey de Judá se llamaba:
a)  Enrique    b)  Alejandro    c)  Herodes    Mt. 2:3

3.    José y María huyeron a Samaria.  Mt. 2:14
Falso     o     Verdadero

4.    El padre de esta tierra de Jesús era:  Mt. 13:55; Mr. 6:3
a) Colector de impuestos    b)  pastor    c)  carpintero

5.    Cuando Jesús tenía doce años y sus padres lo llevaron a la fiesta de la pascua, ¿dónde le encontraron después de haber descubierto su desaparición?  Lc. 2:46


6.    En Lucas 2:49 y Lucas 2:51, vemos como Jesús veneraba a su Padre ________ y a su padre ________.

7.    ¿Debemos venerar y honrar a nuestros dos padres?  ¿Cómo?

8.    ¿Sabe usted de alguna situación en que sea difícil honrar y venerar a ambos padres; el celestial y el terrenal?

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La familia de Dios



   Escrituras: Ef. 5:22-33; 2 Co. 6:15-18; Ef. 5:1-2; He. 12:5-11; 1 Jn. 3:10-18; 2 Ts. 3:13-15
Propósito:   Mostrar como la Biblia nos habla acerca de la familia espiritual de Dios, así como de la familia que tenemos sobre la tierra.

Hechos Bíblicos:

         En lecciones pasadas hemos estudiado acerca de los esposos, de las esposas, padres e hijos.  Del modo como los niños se tratan entre sí dentro de una familia.  El Señor nos ha dicho por medio de la Biblia como debemos tratar a nuestras familias aquí en la tierra.  Veamos algunos de los ejemplos y estudiémoslos en forma detallada.

         Primero, en Ef. 5:22-33 vemos que del mismo modo que el esposo es la cabeza de la esposa, así Cristo es la cabeza de la iglesia.  Si somos miembros de la iglesia de Cristo, debemos recordar que tenemos que obedecer a Cristo porque él es la cabeza de la familia espiritual.  Si seguimos leyendo, veremos que como los esposos aman a sus esposas, así también Cristo ama a su iglesia.  Se nos asemeja al cuerpo, carne y huesos de Cristo cuando somos miembros de su iglesia.

         Si leemos 2 Co. 6:15-18, entenderemos cómo es que Dios quiere que seamos diferentes de los que pecan y de la gente del mundo que adora ídolos.   Si somos diferentes, puros y limpios, Dios será nuestro Padre y nosotros seremos sus hijos.  El así nos lo ha prometido.

         En Ef. 5:1-2 vemos otra vez que si seguimos a Dios y caminamos en amor, Dios nos considerará sus hijos.  Recuerden ustedes, si tratamos de vivir en forma apropiada, el gran creador de todas las cosas, Dios, el Padre, nos llamará sus hijos.

         Pero también aprendemos que hay ocasiones en las cuales Dios, nuestro Padre, tendrá que corregir nuestros actos y reprendernos del mismo modo como nuestros padres nos castigan.  Lea He. 12:5-11.  Aquí vemos que el Padre algunas veces tiene que corregirnos.  Pero nosotros no debemos enojarnos con Dios por esto, pues dice que cada hijo debe ser reprendido por todo aquello que comete en forma incorrecta.  Sabemos que el Padre lo hace en diversas formas.  Quizá nuestra conciencia se siente culpable por algo que hemos hecho y que sabemos que a Dios no le agrada.  O tal vez alguno de nuestros hermanos en Cristo viene y nos habla acerca de algo indebido que hemos cometido (2 Ts. 3:13-15).  O algunas veces cuando cometemos una acción mala, los resultados de nuestra acción se convierten en nuestro propio castigo como cuando comemos más de la cuenta y nos enfermamos.  Nuestro Padre Celestial tiene modo de comunicarnos cuando hemos cometido una acción indebida.

         Finalmente, vemos en 1 Jn. 3:10-18, que somos hijos de Dios y que otros que también son hijos de Dios son llamados nuestros hermanos.  Se nos dice que amemos a nuestros hermanos en Cristo del mismo modo que amamos a nuestros hermanos en nuestras familias.

         Estas son algunas de las formas que Dios y su Hijo, el Señor Jesucristo, cuidan de su familia espiritual.

Ilustración: 

         Alejandro, que tenía 10 años, había escuchado con atención la lección acerca de la familia espiritual de Dios.  Por primera vez, pudo ver como Dios nos ama como sus hijos y que nosotros le vemos como nuestro Padre Celestial si somos buenos.  También se pudo dar cuenta que para agradar a Dios también tenía que agradar a su padre terrenal, Juan Rodríguez Olmeda.  Así que se fue a su casa directamente de su clase de Biblia y le dijo a su papá:  “Papá, desde ahora no solamente voy a tratar de ser un buen hijo que te obedece y te da gusto, sino al hacer esto también agrado a Dios porque él es mi padre en los cielos y sé que me ama del mismo modo que tú me amas.”


Verso Para Memorizar:
         “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.”
--1 Juan 3:18

Preguntas:

1. Cristo es la cabeza de:
    a)  los cielos    b)  Dios    c)  la iglesia     Ef. 5:23


2. Cristo ama a los miembros de su cuerpo, la iglesia, del mismo modo que los esposos deben amar a sus esposas.  Ef. 5:25  
    Falso     o     Verdadero


3. ¿Cómo debemos vivir para convertirnos en hijos de Dios?  2 Co. 6:15-18





4. Complete el siguiente versículo.  “Sed, pues, imitadores de Dios como ________ ________.”  Ef. 5:1


5. Debemos enojarnos y rebelarnos cuando sabemos que Dios está tratando de corregirnos por algo indebido que cometimos.
    Falso     o     Verdadero


6. ¿Debemos amar a nuestros hermanos?  1 Jn. 3:10-18


7. ¿Cómo debemos amar a nuestros hermanos?  1 Jn. 3:17-18


8. ¿Qué es lo que hemos aprendido de esta lección?

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